Veo tus labios. Dejan un poco de labial en la taza cada vez que la alejas de tu boca.
Veo tus dedos, cómo agarras el pocillo, cómo se ven tus muñecas bajo ese abrigo, cómo suena tu risa cuando me reprochas. La última vez que te vi llovió todo el día. Fumamos, caminamos por un parque sin luces, me enseñaste palabras que conocías en otro idioma.
Luego fue de noches, y llovió más aún. Parecía un diluvio. Y cuando te fuiste me sentí perdido. La ciudad tan grande, las nubes tan tristes, los charcos tan brillantes.
Se hizo tarde, y creo que también lloví un poco yo.