Hoy estoy contento. Siento cómo crecen en mis poros flores de esas de pétalos blancos que florecen en todos los prados del universo. Me crecen narcisos en el centro del rostro, tulipanes como cabellos, hortensias en las mejillas. Siento la maleza que me crece alrededor del corazón, y aunque a veces quisiéramos cortarla, cualquier hierba es hierba buena tras una sequía.
Me corren riachuelos muy frescos por los brazos, me hielan la piel como enfrían las piedras de río, me salen estrellas en los lunares. Cuando camino siento el ritmo de un oleaje que alguna vez me tuvo a flote, y mi sonrisa se extiende de un lado a otro como la gorda vela de un barco que se va.
Y la noche está tan callada, y todos tan dormidos, y yo tan ebrio de alegría, que casi le temo a que amanezca. A que amanezca y sea todo tan real de nuevo.