A mar, del verbo amar

Vámonos al mar,

a la mar,

a amar,

o como sea que le llamen los marineros,

o los amantes,

a ese lugar al que los enamorados salen a navegar,

y a encallar,

y a mar.

Vámonos a ese lugar – entre las rocas de cangrejos, ¿sí sabes? –

al que todos los que quieren naufragar llegan,

como las olas,

y vienen,

y se van.

A %d blogueros les gusta esto:
search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close