Y sin haber arreglado mi corazón del todo,
aún sosteniendo sus esquirlas resquebrajadas entre mis manos,
y con las marcas sucias que dejan las lágrimas secas en el rostro tras el llanto,
me volví a apostar por tí.
Abrí en mi lecho desecho un espacio para tu cuerpo,
y volví a sonreír por tus ojos;
agujereé el cristal de mi reloj,
y te obsequié grano a grano la arena
a manojos.
Te amé cuanto pude,
y cuanto no también,
te entregué mis noches,
te obsequié mi pincel.
Cosí con el hilo de mi sangre,
todas las heridas de tu piel,
y enfrenté batallas,
contra enemigos a los que jamás incité.
Te obsequié kilómetros de versos,
y puse el pellejo de la luna a tus pies,
y aún en las noches más solitarias
abracé, a ese fantasma que es tu silueta.
Pero ya lo ha dicho Jaime Sabines,
y es que “El amor es la prórroga perpetua”.
Ahora me he dado cuenta,
de que he saltado de nuevo al pozo,
he caído de rostro contra su pantalla de plata,
y me he reventado con el impacto.
Me instaste a reconstruir los cipreses de sueños,
que tanto me costó desmontar,
y ahora que lo he hecho,
tienes la frialdad de obligarme a olvidar.
Desde hace mucho que no te tengo,
pero hoy algo ha cambiado.
Hoy me siento vacío,
y también un poco pesado.
Hoy, algo de mí ha caído,
se ha separado,
y siento entre mis tripas de mierda
el punzón de nuestro pasado.
Dime qué hago ahora,
con este corazón repulsivo.
Con estos poemas,
con estas memorias,
con estas mañanas sin rocío.
Dime qué hago,
que me siento tan sombrío,
porque por tu culpa,
no.
Hoy yo no estoy vivo.
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Está increíble 🔝 es mi nuevo poema favorito 💕
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En ese lecho deshecho puedes guardar recuerdos de un amor que te ha dejado huellas.
Muy bellos versos Simón.
Un abrazo🌹
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