Mientras que la noche se come las luces de la ciudad y las montañas, tras unos guantes que cubren media mano se encuentra un pordiosero, escarbando una caneca.
Las estrellas le sonríen, es su compañero.
Mientras que la noche se come las luces de la ciudad y las montañas, tras unos guantes que cubren media mano se encuentra un pordiosero, escarbando una caneca.
Las estrellas le sonríen, es su compañero.
Muy bonito
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Gracias!
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